Ya tenía bastante de no publicar una entrada pero tampoco había surgido un tema del qué comentarles mucho.
Como sabrán, en la página de facebook.com/ceenthya el plastilinero y yo hemos estado desarrollando un reto titulado The doodle challenge. Se trata de que todo este mes estaremos dibujando un tema diferente.
El tema de hoy es estar perdidos y por ende dibujé esta imagen.

Se trata de mi (Ceenthya) vestida como Alicia y viendo a un montón de flechas que todas prometen llevar al camino de la felicidad.
Esto me pasó hace un año y todavía y así seguirá siendo hasta que muera.
Pienso que la vida es como un laberinto, uno va caminando por ahí con ciertas expectativas pero la verdad es que no sabemos qué hay más adelante o cuándo encontraremos la "salida" (muerte) y qué hay más allá del laberinto (después de la vida). Sin embargo seguimos moviéndonos, encontrando este tipo de señales. A veces nos topamos con muchas oportunidades al mismo tiempo, pero sólo podemos elegir un camino.
La felicidad no está precisa y solamente al final del camino, se encuentra dentro de nosotros y sólo nosotros podemos sentirla o decidir no sentirla. Esto lo tuve que aprender a la mala hace un año, ocurrieron varias cosas en mi vida y me sentía perdida. Quería todo y nada, tenía miedo. Obtuve muchos NOs en un año y perdí otras cosas que me hicieron deprimirme, pero todas esas pruebas son para hacernos más fuertes e impulsarnos. Y esas veces en las que te topas con varios caminos, no hay un gato Cheshire que te recuerde que el camino que tomes depende de a dónde quieras llegar, no hay una bola mágica que te diga qué habrá al final, al dar la vuelta. Al adentrarte al bosque. Seguramente lo que decidas no será un camino fácil de caminar, pero tampoco será algo que te matará porque la felicidad está dentro de nosotros y nosotros decidimos cómo sentirnos ante ciertas situaciones.
Sí, podemos planear pero al final sólo nos queda confiar, confiar en que Dios, el destino o uno mismo (como lo quieran llamar), tiene algo bueno siempre para nosotros. Y si el final no es como esperabas, siempre se puede tomar otro camino o buscar una solución.
A veces, cuando parece que todo ha terminado y no queda nada más, sólo somos nosotros mismos temerosos autosaboteándonos. Todo tiene una solución, sólo es cuestión de pensarlo fríamente y dejarnos llevar.
Yo tomé un camino, porque las puertas no se había cerrado con esos NOs, sólo se abrieron otras nuevas y tomé la que creí mejor en ese momento.
Ahora me encuentro muy tranquila con mi vida. Preparando un plan y sopesando lo que podría pasar. Pero estoy segura que nada de eso me matará. Y si lo hace, habré muerto feliz haciendo lo que me gusta, con la gente que me quiere, intentando superarme a mí misma y crecer en todos los aspectos.
Así que la próxima vez que se sientan inseguros y perdidos de no saber a dónde ir, los invito a que lo sopesen (con nadie más que uds mismos). El camino que deben tomar depende de a dónde quieran llegar. A veces se deben sacrificar cosas para lograrlo pero las puertas no se cierran sólo porque no tenemos en este momento lo que queremos.
Todo es cuestión de tiempo y valentía.






